Las excusas en nuestras vidas nos impulsan a conformarnos con menos de lo mejor de lo que Dios tiene para nosotros. Siempre tenemos una excusa para nuestros defectos. Siempre tenemos algo o alguien más a quien culpar por nuestros problemas en la vida. ¡Nunca es nuestra culpa!
“Entonces el Señor Dios le preguntó a la mujer: ¿Qué has hecho? La serpiente me engañó —contestó ella—. Por eso comí” Genesis 3:13
He aquí algunas pautas para vencer ese espíritu de excusa en nuestra vida:
Admite que es un Problema: Admitir el problema es siempre el primer paso para la solución. Como con todo pecado lo primero que tengo que hacer con ello es admitir que es un problema.
Si no admito que es un problema seguiré viviendo con excusas el resto de mi vida. El que oculta sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia (Proverbios 28.13).
Asume Responsabilidad por tu Vida: Algunas personas arruinan su vida por su propia estupidez, y luego le echan la culpa al Señor (Proverbios 19.3). En este sentido hay por lo menos 3 grupos de personas.
Los “Acusadores” nunca tienen la culpa, siempre son los demás. Hay personas que acusan a “serpientes” en sus casas cuando no las hay. Los “Excusadores” tienen la respuesta “legitima”, siempre son producto de las circunstancias. Los “Asumidores” son personas que asumen la responsabilidad de sus problemas. ¿En cuál grupo te encuentras?
Desarrolla la Actitud de Gratitud: Si quieres matar las excusas, da gracias. Dar gracias mata al espíritu de queja y excusas. Es muy difícil dar gracias “por” una situación difícil, pero podemos dar gracias “en medio” de la situación difícil. Pablo dice den gracias a Dios en cualquier circunstancia. Esto es lo que Dios espera de ustedes como cristianos que son (1 Tes. 5.18).
Busca la Mano de Dios en las Circunstancias: Cuando yo busco excusas y me quejo estoy lanzándole a Dios 3 “bombas”: Cuestiono la sabiduría de Dios. Dudo del cuidado de Dios. Olvido las bendiciones de Dios en cuanto a mi pasado y de donde me saco Dios.
CONCEPTO IMPORTANTE
Todos los hábitos malos son solo cambiados cuando los reemplazamos con hábitos buenos. Hacer excusas es un hábito negativo y pesimista que tiene que ser cambiado por un hábito positivo como la gratitud.
La única manera de cambiar un “espíritu de excusa” es confrontarlo con la verdad y asumir responsabilidad. Decide en tu corazón deshacerte para siempre de las viejas improvisadas excusas. Asume esa nueva creación en Cristo y deja que la sangre de Jesús y sus promesas de salvación te justifiquen.
A través de Cristo, eres hecho nuevo y completo en cada área de tu vida. Deja de excusar tus sueños y en su lugar, atrápalos. Comienza a inyectar vida a tu vida. Deja que las promesas de Dios se asienten en tu corazón y declara estas verdades sobre tu vida. ¡No más excusas!
MOTIVO DE ORACION
Señor Jesus hoy vengo delante de ti para pedirte perdón por hacer constantemente excusas en mi vida. Hoy te ruego que cambies este mal habito en mi vida por un espíritu recto que asume y avanza en victoria.