CUANDO DIOS BENDICE A OTROS

La envidia es un veneno para tu vida. Es tan dañina que Dios condenó la codicia varias veces en los diez mandamientos. Saul era un hombre sumamente celoso e inseguro de sí mismo. En vez de alegrarse de que Dios lo usara y bendijera a David, él lo comenzó a buscar para destruirlo.

“Y Saúl se enojó mucho. “¿Qué es esto? —dijo—. Le dan crédito a David por diez miles y a mí solamente por miles. ¡Solo falta que lo hagan su rey!” 1 Samuel 18:8

Cuando envidias a otras personas, estás tan obsesionado con lo que no tienes y lo que no eres que quedas totalmente ciego a lo que ya eres y tienes. La envidia es una abominación en la vida de un Hijo/a de Dios y debes comprender las tres formas en que la envidia daña tu vida y relaciones.

La envidia niega tu Singularidad: La envidia te ciega a tu propio talento y la forma única y especial como Dios te ha creado. Dios no te creo para ser otra persona. Dios te hizo para ser así como eres tú, con tus luces y tus sombras. El Salmo 139:14 dice: ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo! Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.”

La envidia te roba el Gozo: La envidia es el egocentrismo en su máxima expresión. La envidia nos roba la alegría y ahoga el contentamiento. La envidia endurece el corazón y sofoca la gratitud. La envidia supone que los recursos de Dios son demasiado limitados para que Él bendiga a otros y aún nos bendiga a nosotros. El Salmo 24:1 dice que “toda la tierra es de Dios, ¡y todo lo que en ella hay!” ¡Hay suficiente para todos!

La envidia destruye Relaciones: No puedes detener el tren de tus emociones en la envidia. Una vez iniciado, ese tren se abrirá paso a través de tus relaciones, negocios y cualquiera que se interponga en tu camino. La envidia destruye todo y a todos a tu alrededor. En Santiago 3:16 dice “Pues, donde hay envidias y ambiciones egoístas, también habrá desorden y toda clase de maldad”.

CONCEPTO IMPORTANTE

El problema con la envidia es que supone que el éxito de otra persona es una pérdida para nosotros. Su fortuna es nuestra desgracia. ¡Este es un pensamiento totalmente equivocado! Dios puede bendecirnos como y cuando Él elija. Él no tiene un número limitado de bendiciones que puede repartir.

La envidia y los celos son una pérdida de tiempo y energía. En vez de ello porque no dar gracias a Dios en primer lugar por quien Él es, luego por la forma que me ha creado y finalmente por rodearme de personas bendecidas.

Si te encuentras con problemas de gozarte en el éxito de otras personas, ten mucho cuidado. Cuando te sientas tentado a compararte con el éxito de otras personas pide a Dios que pueda hacerte recuerdo de las muchas maneras que Él te ha bendecido sin merecerlo.

MOTIVO DE ORACION

Señor Jesus hoy vengo delante de ti para pedirte perdón por haber permitido que entre la envidia y los celos en mi corazón. Gracias por la forma singular como me has hecho y ayúdame a gozarme cuando tu bendices a otras personas.

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