“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” 1 Juan 1:9
Todos tenemos nuestra manera de tratar con la culpa. Algunos tienen vergüenza y creen que si pueden sentirse lo suficientemente mal por las cosas malas que han hecho entonces todo estará bien.
Otros se esconden diciendo “trágame tierra” tratando a la culpa como algo de lo cual se puede esconder. Aun otros sienten un tipo de falsa culpa explicando elocuentemente porque sienten lo que sienten.
Pero todas estas formas no son formas correctas para tratar con ese sentido de culpa. Dios tiene una forma de lidiar con la culpa muy diferente a nuestras costumbres. He aquí lo que funciona a la manera de Dios.
Enfrentar mi Condición: Cuando se trata del pecado, hacemos una de dos cosas: encubrimos o damos la cara. Cuando lo enfrentas, lo primero que debes hacer es contarle a Dios algo que Él ya sabe. El Salmos 69:5 dice “Dios, tú sabes lo que he hecho mal. No puedo esconderte mi pecado”.
No hay nada más difícil que intentar ocultar algo que no se puede ocultar. La Biblia también nos anima a contarle también a un amigo/a de confianza. Hay algo curativo en la acción de confesar.
Confiar en el carácter de Dios: Conozco a muchas personas que piensan que no pueden acercarse a Dios porque simplemente no se sienten perdonadas. En cierto modo eso es una trampa, porque la verdad es que cuanto más te acerques a Dios, más te sentirás perdonado.
Por ello dice en Hebreos 10:22 “Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe”. Podemos acercarnos con toda confianza a Dios y confiar en su carácter de amor.
Aceptar la Solución: Esto es algo así como recibir una factura médica por correo. Tal vez hayas tenido una gran cuenta en el hospital y, de repente, las palabras “Pagado en su totalidad” aparecen en esa factura. En el Salmos 32:5 dice “Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al Señor», ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció”.
Muchas personas saben y conocen que existe una solución, pero de alguna manera insisten que nada es gratis y por tanto se pierden la oportunidad de aceptar el regalo.
CONCEPTO IMPORTANTE
Probablemente la mayoría ya han descubierto que no funciona sentir vergüenza y cubrir su culpa con esto. Confesarle a Dios, es el primer paso para destapar una olla a presión que estaba lista para explotar. Si le cuentas esto a alguien más y esta persona te dice: “Oh, sí, yo también he luchado con eso”. De repente te das cuenta: “¡No estoy solo!”.
Sabes, mucha gente confiesa sus pecados, pero nunca llegan a conocer al Dios que los perdona. Cuando usted y yo nos acercamos al Dios que nos ama, que dio Su vida por nosotros en Cristo, realmente sentimos de qué se trata Su perdón.
Una vez que hayas aceptado ese regalo entiendes Su gracia de una manera nueva, te liberas para convertirte en la persona que Él quiere que seas a través de Su gracia.
MOTIVO DE ORACION
Señor Jesús hoy vengo delante de ti para abrir mi corazón y confesarte que tengo sentimientos de culpa que me están matando. Hoy acepto tu perdón y te ruego que extiendas tu gracia sobre mi para vivir una vida plena en libertad.