“No te desgastes tratando de hacerte rico. Sé lo suficientemente sabio para saber cuándo detenerte.” Proverbios 23:4
Los estudios revelan que tú y yo trabajamos demasiado. No estamos destinados a trabajar tanto. No puedes seguir así. La Biblia honra el trabajo duro, pero también condena la adicción al trabajo como una tontería.
Los consultorios médicos están llenos de personas con problemas de ulceras estomacales, nerviosismo, insomnio, y una serie de problemas psicosomáticos. Todo es fruto de la adicción al trabajo. He aquí cuatro remedios contra esta adicción.
Reconoce tu verdadero valor: Tu valor no está determinado por tus logros, posesiones o finanzas. Tú le importas a Dios, porque eres un hijo/a de Dios. Nadie es insignificante a los ojos de Dios. En 1 Juan 3:1 dice “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios”. Creer fielmente que eres un hijo/a de Dios te hace sumamente valioso, no tienes que luchar por ello trabajando.
Disfruta de lo que ya tienes: Es probable que te esfuerzas por tener más y no encontrarás descanso hasta que estés satisfecho con lo que tienes. En 1 Timoteo 6:6-7 dice “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”. El remedio para la adicción al trabajo es disfrutar de lo que uno ya tiene.
Ajusta tus metas: Los adictos al trabajo tienen diferentes metas. Sus metas están centradas en la imagen, autoestima, titulo, posición o lo que otros piensan. Jesús hizo una pregunta muy importante en Marcos 8:36 “¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero pierdes tu propia alma?” Las metas no son determinadas por tus vecinos o el mundo que te rodea, sino que tienen que ser guiadas por Dios.
Confía en el cuidado de Dios: La economía puede colapsar, los desastres naturales pueden destruir todo lo que has ganado o puedes tener problemas de salud. Pero en Colosenses 3:2 dice “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. Puedes comprar seguros y reaseguros, pero nunca tendrás suficiente seguridad. Por ello determina dónde está tu seguridad y confianza. Deposítalo todo en las manos de Dios.
CONCEPTO IMPORTANTE
La experiencia más relajante, pero crucial que uno puede tener, es darse cuenta de que el valor como persona no tiene absolutamente nada que ver con la cantidad de recursos que uno tiene.
Limita tu mano de obra. Decide cuántas horas vas a trabajar cada semana y cúmplelo. Dios nos dio un mandamiento de trabajar seis días y tomarse un descanso el séptimo. Desobedecer este mandamiento tiene efectos directos sobre la salud integral de una persona.
Disfrutar de lo que uno ya tiene no significa que uno deja de trabajar y llega a ser un holgazán, sino que pone un balance a la vida entre el trabajo y el descanso. Ponerse metas uno no solamente lo hace para tener logros, sino que también para descansar y confiar en Dios.
MOTIVO DE ORACION
Señor Jesus hoy vengo delante de ti reconociendo soy un adicto al trabajo y que necesito ayuda para lograr un balance perfecto en mi vida. Te ruego que me ayudes en organizar mi vida de acuerdo a tu plan y tu propósito para mí.