“Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados” Hechos 4:13
Hablar con autoridad significa hablar con confianza y convicción. No es ser agresivo, no significa manipular, y definitivamente no debería ser a expensas de otras personas. Ser capaz de hablar con autoridad es una herramienta increíblemente poderosa.
Los oradores poderosos no son aquellos que exigen atención gritando, sino aquellos que la ganan a través de sus palabras cuidadosamente elegidas, con pasión y fuertes convicciones. Como hijos/as de Dios somos llamados a hablar con autoridad. He aquí cuatro pautas de como hacerlo.
Desarrolla una reputación de responsabilidad: Para hablar con autoridad en primer lugar se debe de ser una persona responsable. Un irresponsable no tiene autoridad. En Proverbios 22:29 dice “¿Has visto a alguien realmente responsable en su trabajo? Servirá a los reyes en lugar de trabajar para la gente común”. Las personas con gran responsabilidad notan a las personas que son responsables y les piden su opinión.
Sé humilde y no beligerante: No exijas respeto a tu autoridad. Las amenazas nunca funcionan para demostrar autoridad. En Proverbios 25:6 dice “No exijas una audiencia con el rey ni insistas en hacerte un lugar entre los grandes”. Sé humilde o tropezarás. La autoridad se gana mediante una actitud humilde y no combativa.
No seas engañoso ni manipulador: Algunas personas tratan de hablar con autoridad con engaños y manipulaciones. En 2 Corintios 4:2 dice “Rechazamos todas las acciones vergonzosas y los métodos turbios. No tratamos de engañar a nadie ni de distorsionar la palabra de Dios”. Para hablar con autoridad la verdad tiene que estar a flor de labios.
Aférrate a la palabra de Dios: Todos podemos hablar con poder y autoridad si usamos la verdad de la palabra de Dios. En 2 Timoteo 3:16 dice “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia”. Así es exactamente como Jesús experimentó el poder de la palabra de Dios mientras estaba en el desierto siendo tentado por Satanás. Igualmente, nosotros solo tendremos autoridad genuina si el fundamento es la palabra de Dios.
CONCEPTO IMPORTANTE
Como creyente, enfrentarás algunas situaciones donde necesitarás convencer a alguien con autoridad. Igualmente, el mundo espiritual se maneja con autoridad conferida por Dios. Cuando hablas con autoridad, no estás tratando de lastimar o degradar a los demás.
Para hablar con autoridad no es necesario manipular a la gente con palabras elocuentes, gritando o demandando. Esto solo denota debilidad de carácter. La autoridad se gana siendo responsable con acciones evidentes a simple vista.
La sabiduría humana y los estudios pueden llamar la atención y hasta lograr que otros le sigan a uno por un tiempo. Sin embargo, solo la palabra de Dios es la que tiene la autoridad final. Los discípulos, que eran neófitos, hablaron con autoridad usando Su palabra y así también lo podemos hacer nosotros.
MOTIVO DE ORACIÓN
Señor Jesús hoy vengo delante de ti para darte las gracias por tu palabra. Reconozco que he tratado de ser autoritario de una manera equivocada. Hoy te ruego que me ayudes a ser responsable, humilde y obediente a tu autoridad.