“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” Mateo 6:9,11
Si somos sinceros, no oramos mucho por el pan de cada día. Muchas veces realmente nos preocupamos más por cual platillo o comida especial que comeremos y si fue sabroso o no. A veces pedir el pan de cada día es sólo una palabrería en nuestras oraciones.
Si alguna vez te has sentido así, te animo a pensar más profundamente por qué pedimos nuestro pan de cada día. Al reflexionar acerca del por qué Jesús nos enseña a pedirle a Dios nuestro pan, descubrimos tres verdades importantes.
El pan es una necesidad física: Es un hecho de que tenemos necesidad física de alimento y nuestra provisión no cae del cielo. Cuando oras “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, no significa que te sientas en el sofá a orar y esperas a que Dios te lo mande con un delivery.
En Proverbios 14:23 dice “El trabajo trae ganancias, ¡pero el solo hablar lleva a la pobreza!” El trabajo es parte del propósito de Dios para tu vida. Al orar por el pan físico le pedimos a Dios que nos provea un trabajo digno para comprarlo.
El pan es una necesidad espiritual: No sólo necesitas alimento físico, sino que también necesitas alimento espiritual. El pan es un símbolo de la Palabra de Dios. En Deuteronomio 8:3 dice “La gente no vive solo de pan, sino que vivimos de cada palabra que sale de la boca del Señor”. Sin alimento espiritual tu vida estará vacía, tus emociones estarán sin control, no llegaras lejos, y no tendrás la bendición de Dios.
El pan es nuestra salvación: Jesús se presentó como el pan que da vida. Cada vez que celebramos a Jesus con el pan y bebemos vino o jugo, es un recordatorio de cuánto nos ama Dios.
En Lucas 22:19 dice “Y partió el pan y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí”. Cuando oramos por el pan diario hacemos memoria del sacrificio de Cristo y la salvación que ahora podemos gozar.
CONCEPTO IMPORTANTE
Cuando oramos por nuestro pan diario reconocemos nuestra dependencia de Dios para todas nuestras necesidades diarias. Estas necesidades van mucho más allá de un pan físico que dicho de paso no viene enviado gratis, sino que tenemos que trabajar por él.
Nuestra necesidad de pan espiritual nunca debe ser minimizada. En ocasiones nos encontramos en un desierto y pasando por penurias de hambre obviando los manjares de Su palabra. La palabra de Dios siempre está disponible y es solo una cuestión de apropiarnos de ella.
Cualquiera que sea tu necesidad, física, emocional, relacional o espiritual, Dios se encargará de ella si dependes de Él. No hay necesidad de pasar por la vida con hambre. Acepta que Jesus, el pan de vida, te pueda saciar en todas tus necesidades.
MOTIVO DE ORACIÓN
Señor Jesús hoy vengo delante de ti para pedirte perdón por mi falta en buscarte diariamente para satisfacer mis necesidades físicas, emocionales y espirituales. Te doy gracias por ser mi pan de vida.