“El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón, él rescata a los de espíritu destrozado” Salmos 34:18
Todos experimentaremos una y otra vez decepciones, frustraciones, y quebranto en la vida. No puedes superar ni esquivar estas situaciones. Tienes que atravesar por el valle del quebranto para avanzar.
Si tienes miedo de expresar tus emociones y te niegas a pasar por esta situación, te quedarás estancado. Entonces, cómo se puede enfrentar un corazón quebrantado y herido. Aquí hay cuatro pautas Dios provee para tratar con un corazón quebrantado.
Dios te acerca a sí mismo: Cuando estás de duelo, a menudo sientes que Dios está a miles de kilómetros de distancia. Pero lo que sientes y lo que es real no siempre es lo mismo. En Salmos 94:18 dice: “Te llamé al sentir que me caía, y tú, con mucho amor, me sostuviste”. Dios no está a un millón de kilómetros de distancia. De hecho, nunca ha estado más cerca.
Dios se aflige contigo: Cuando acudes a Jesús con tu dolor, él sabe de qué estás hablando y entiende tu dolor. En Isaías 53:3 dice “Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo”. Dios es un Dios que conoce el sufrimiento y es un Dios compasivo. Nos dio su Espíritu Santo para que nos acompañe en el dolor y nos traiga consuelo.
Dios usa el dolor para ayudarte a crecer: Sea lo que sea que estés atravesando, Dios trabaja a través de tu dolor para desarrollar tu carácter. En Santiago 1:2-3 dice “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”. Su objetivo es que seas más como Jesús y usa el dolor para lograrlo.
Dios te da una familia de apoyo: Siempre seremos más fuertes y nos sentiremos mejor si estamos en comunidad. El dolor es menos doloroso cuando compartimos nuestra carga. En Eclesiastés 4:9 dice “Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito”. No fuimos creados para batallar solos, sino en comunidad con otros.
CONCEPTO IMPORTANTE
Si analizamos la vida de los profetas, desde Moisés hasta Elías y Jonás, resulta evidente que vivieron muchas veces con un corazón quebrantado. Dios los empujó hacia lugares desconocidos pero siempre estuvo allí en cada paso del camino.
Está comprobado que el hombre se acerca a Dios buscando ayuda cuando está en aprietos. Dios usa el dolor para llamar tu atención para que te acerques más a Él. El crecimiento a menudo implica dolor. Y el crecimiento sin dolor es una fantasía. El sufrimiento es a menudo la forma en que Dios se manifiesta a nosotros. El sufrimiento es parte del llamado a servir a Jesús.
Cuando estás sufriendo, debes preguntarte: “¿Qué está haciendo Dios?” ¿Está tratando de llamar mi atención? Permite a Dios usar el dolor de un corazón quebrantado para una nueva etapa en tu vida.
MOTIVO DE ORACIÓN
Señor Jesús hoy vengo delante de ti para presentar mi dolor y sufrimiento. Necesito tu presencia en mi vida. Tengo deseos de crecer y ser más como tú eres. Te ruego que me muestres lo que tengo que aprender en esta situación.