“Desde el principio del mundo, ningún oído ha escuchado, ni ojo ha visto a un Dios como tú, quien actúa a favor de los que esperan en él” Isaias 64:4
A nadie le gusta hacer cola. No nos gusta esperar en los semáforos o en el cajero de un supermercado. Ni siquiera nos gusta esperar por cosas buenas, como cuando nos traen la comida en el restaurante. Queremos lo que queremos y mejor que sea ahora mismo.
Sin embargo, la Palabra de Dios insiste en que aprendamos a esperar. Si se lo permitimos Dios usa las largas pausas en nuestras vidas para nuestra bendición. Considera por favor estas cuatro razones para esperar.
Descubrimos la voluntad de Dios: Al esperar aprendemos a buscarlo más profundamente y así descubrimos Su voluntad. En Jeremías 33:3 dice “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. La voluntad de Dios no se puede conocer corriendo a toda velocidad, es necesario hacer una pausa para tener comunión con El.
Ganamos batallas: Cuando hacemos las cosas a nuestra manera, en nuestro tiempo y apresurados, terminamos derrotados. En Proverbios 20:22 dice “Espera en el Señor, y él te salvará”. Cuando esperamos en Dios y obedecemos Sus mandamientos, Él asegura nuestra victoria y nos protege de actos tontos y precipitados. Así es como se ganan las batallas.
Se fortalece nuestra fe: Cuando confiamos en Él y le obedecemos, veremos con seguridad el cumplimiento de nuestra esperanza. En el Salmo 27:14 dice “Espera con paciencia al Señor, sé valiente y esforzado, sí, espera al Señor con paciencia”. Aunque otros puedan animarnos a seguir adelante en lugar de esperar, recuerda que Él es el único que realmente puede ayudarnos y al recibir respuesta fortalece nuestra fe.
Veremos a Dios trabajando a nuestro favor: Esperar es un verbo activo y no pasivo. Mientras esperamos activamente, Dios trabaja activamente alrededor nuestro. En Isaías 64:4 dice “Nadie ha escuchado ni visto, a un Dios que como tú trabaja en favor de quienes en él esperan”. Siempre tenemos al mejor Mediador trabajando, incluso cuando las cosas parecen ir mal. Dios se asegura de que todo funcione según Su propósito.
CONCEPTO IMPORTANTE
En este mundo apresurado, esperar por algo puede hacernos perder los estribos. Las “salas de espera” de Dios pueden ser las aulas de aprendizaje más difíciles en la vida. Pero Dios promete grandes recompensas a quienes esperan en Él.
Esperar no es tiempo perdido. Dios nos da instrucciones a través de períodos de espera activa. Solo porque haya silencio no significa que Dios no esté trabajando. Él puede cambiar nuestras circunstancias mientras esperamos activamente.
Al esperar entramos en sintonía con Dios y nos prepara para sus respuestas. Dios usa el tiempo de espera para examinar nuestras motivaciones y fortalecer nuestra fe. Las batallas más feroces se libran en el reino espiritual y esperar en Dios siempre es lo más inteligente.
MOTIVO DE ORACIÓN
Señor Jesús hoy vengo delante de ti reconociendo que ando muy apresurado y que no me gusta esperar por una respuesta tuya. Hoy te ruego que me ayudes a esperar. Hoy clamo a ti para conocer cosas grandes y ocultas que tienes preparado para mí.